Los buenos vendedores no esperan… actúan (historia real no inmobiliaria)

francesc quintana Jun 26, 2025
Los buenos vendedores no esperan… actúan

Como sabes, hace poco hicimos el cambio de local comercial, y entre las mil y una gestiones que hay que hacer, una de ellas se complicó más de lo esperado: el cambio de nombre de la alarma.
En principio, decidí quedarme con la que ya tenían los antiguos inquilinos (son amigos y aún les quedaban algunos compromisos de pago por hacer). Hicimos un acuerdo, y pensé: “¿Qué más me da una marca que otra, si al final todas hacen lo mismo?”. Pero esto solo es cierto si REALMENTE lo hacen.

El laberinto del mal servicio

Contactamos con la empresa de seguridad actual para activar la alarma. Lo que vino después fue una cadena de despropósitos: llamadas sin respuesta, técnicos que llegaban tarde o no sabían qué hacer, excusas como “esta alarma ya es muy antigua”... ¿Y todo eso por quedarme con algo que ni siquiera era mío?

Después de casi dos semanas esperando, sin avances claros, con presupuestos absurdos y sin ninguna voluntad realista de solucionar el problema a un coste razonable, y lo peor: ¡con el local abierto sin sistema de seguridad operativo!

Como les dije cuando cancelé el contrato (¡después del burofax sí corrieron a llamarme!) para una empresa de seguridad, dejar al cliente sin protección, eso es TOTALMENTE inaceptable.

Y entonces, apareció ÉL

Ese mismo día, justo al abrir, se presentó en la puerta un vecino, que gestiona un equipo de ventas para una empresa competidora: Securitas Direct.

Lo escuché, siempre hay que hacer networking, y le expliqué que estábamos pendientes de la instalación (todavía no sabía el caos que vendría).

Cuando ya decidí cambiar de empresa (10 días después), le llamé (¡Siempre hay que repartir tarjetas!). Al día siguiente ya tenía una propuesta competitiva y mucho más interesante. Y al siguiente, un sábado —sí, sábado— vino a instalar el sistema completo. Sin excusas. Sin rodeos. Sin dramas. Con actitud, con soluciones. En menos de 48 horas, teníamos el problema resuelto.

¿La diferencia? El vendedor

Esa experiencia me reafirma en algo que llevo años repitiendo a mi equipo:
Los buenos vendedores no venden productos. Solucionan problemas y están justo cuando el cliente los necesita.

Este comercial entendió la urgencia. Se adaptó a nuestros horarios. Hizo fácil lo que otros habían convertido en un problema.

Para llevar a casa (o a la oficina)

En el sector inmobiliario —y en cualquier sector, en realidad— hay una gran diferencia entre quien empuja un producto y quien acompaña al cliente. Entre quien espera detrás del mostrador y quien cruza la calle si hace falta.

Esa diferencia se llama profesionalidad. Y sí, también se llama venta inteligente.

APÚNTATE A MI NEWSLETTER GRATUÍTA

NO TE PIERDAS NADA

Tendencias, estrategias, recursos, formación, actualidad e innovación.

*Recuerda que tienes que confirmar en tu correo electrónico para finalizar el proceso de suscripción