📽️ Lo que puedes aprender de la película Materialist para tu día a día inmobiliario

Hace un par de días fui al cine con mi mujer a ver Materialist.

Si no lo sabéis, soy bastante aficionado al cine: entre dos y tres veces al mes intento escaparme a ver algún estreno.

En agosto suele pasar que los estrenos son pocos y de poca calidad: casi siempre alguna película infantil y, cómo no, el clásico estreno de Santiago Segura (que, personalmente, no me gusta).

Pero en esta ocasión me llevé una grata sorpresa: Materialist no solo es una comedia romántica entretenida, sino que me dio pie a reflexionar sobre nuestro sector inmobiliario.

El agente inmobiliario como “matchmaker”

La protagonista es una matchmaker, alguien que se dedica a poner en contacto a personas que buscan pareja estable.

¿En qué se parece esto a nuestro trabajo?

Muy sencillo: nosotros tampoco trabajamos con un producto cerrado, sino con dos partes que necesitan encajar:

• Los vendedores, con sus expectativas y sus condiciones.
  
• Los compradores, con sus necesidades y su capacidad real.
  

Nuestro papel es el de intermediar, conectar y hacer que la operación funcione para ambos. Igual que un matchmaker.

Crear necesidad sin vender directamente

Hay una escena en la que la protagonista está en una boda. Varias solteras se le acercan y, mientras le hacen preguntas, ella explica cómo trabaja.

Lo curioso es que no intenta venderse; simplemente describe lo que hace. Y en ese proceso consigue que todas sientan la necesidad de contratarla.

En el sector inmobiliario pasa lo mismo: el mercado es muy competitivo, y la clave no está en “gritar” más fuerte que los demás, sino en ser sutiles a la hora de vender, pero muy buenos generando necesidad.

Cuando un cliente entiende el valor que aportamos, no hace falta insistir demasiado: él mismo busca trabajar contigo.

El “unicornio” inmobiliario

En la película aparece el concepto de unicornio: ese soltero perfecto, rico, atractivo, buena persona, con un gran trabajo. Algo casi imposible de encontrar.

En nuestro sector también los tenemos: un ático espectacular, con terraza, plaza de parking, orientación perfecta, reformado… y además a buen precio. Un auténtico unicornio.

Uno más uno son tres

Otra de las ideas que me gustó es cuando hablan de cómo una buena pareja aumenta “tu valor”, es un concepto que me gusta mucho, yo no paro de repetir, en un buen equipo, uno más uno pueden ser tres.

En inmobiliaria lo vivimos constantemente. Una vivienda puede tener un valor inicial, pero cuando aplicamos estrategia, marketing, pequeñas mejoras o una negociación adecuada, ese valor se multiplica.

El buen agente inmobiliario no se limita a enseñar un piso, debe saber cómo aumentar su potencial con una inversión razonable.

Para pensar

Materialist tiene momentos muy interesantes para entender cómo actuamos las personas: nuestras necesidades, expectativas y la visión (a veces distorsionada) que tenemos de nosotros mismos y de los demás.

En el caso de los agentes inmobiliarios, nos pasa algo parecido. Dakota Johnson confiesa en la película que está harta de algunos clientes. A todos nos ha pasado alguna vez, sobre todo cuando las cosas se tuercen, y no nos engañemos, ¡en real estate es fácil que se tuerzan!

Es en esos momentos cuando “te quemas” y lo enviarías todo al traste, conviene volver a la esencia y preguntarnos:

¿Por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo?

👉 Y ahora te pregunto yo a ti:

¿Te gustaría que compartiera más reflexiones de cine aplicadas al negocio inmobiliario?

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